Llamados a ser Lámparas vivas

El Papa Pío XII, con motivo de la inauguración del Santuario Nacional de la Gran Promesa, llamó a Valladolid “foco de luz y amor del Corazón del Rey Divino”. IMG_1852.JPGD. Antonio García, arzobispo de Valladolid, queriendo garantizar la vitalidad religiosa potente de este foco que debe difundir y extender la luz y amor que nace del Corazón de Cristo, pensó en “lámparas” que velasen por su fecundidad espiritual. “Almas que, con espíritu paciente y abnegado, supliquen, intercedan y reparen” atrayendo las bendiciones de Cristo Rey para que “prosperase y fructificase en orden, sobre todo, a la propaganda del Reinado del Corazón de Jesús en España y su extensión por el mundo entero”.

Los Caballeros y Damas del Pilar nos sentimos llamados a ser potentes luminarias que, en nuestra pobreza y pequeñez, irradiemos la gracia y santidad del Corazón de Jesús colaborando en todo a la Redención como María para la extensión de su Reinado.

¿QUÉ ES LO PROPIO DE UNA LÁMPARA? … VELAR

Dichosos los que velan en espera del Señor como el siervo fiel (Lc 12,35) y las vírgenes sensatas (Mt 25, 1-8) cuyas lámparas se mantienen encendidas.

PrecisamenIMG_6520te en la Basílica de la Gran Promesa existen dos monumentos a ambos lados del altar dedicados a las “lámparas de las vírgenes oferentes” que muestran su carácter expiatorio, en el que “día y noche” se ha de velar ofreciendo sacrificios como “calmante de suave aroma” (Nm 15) para reparar por los pecados con los que Jesús es ofendido y elevar continuas súplicas por la conversión de los pecadores. Nuestro modelo es, sin duda, la “Virgen Oferente” que es la Virgen María (Pablo VI, “Marialis Cultus”).

Sabemos que el sacrificio que más le agrada a Dios es un espíritu contrito, “un corazón quebrantado y humillado, Dios no lo desprecia” (Sl 50). Se trata de reconocer nuestro pecado y el de nuestros hermanos, dolernos por ellos, pedir perdón reparando las heridas que hemos causado y suplicar su Gracia y Misericordia para alcanzar la conversión de los corazones y avivar su fe.

Es un ponerse, como Moisés, en la brecha frente a Dios intercediendo por el pueblo (Sl 105), un llorar sus pecados para que nuestras lágrimas las recoja el Señor en su odre (Sl 56,8) y unidas a las de María sirvan para redimir la Tierra.

Las lámparas de esta Basílica custodian la Gran Promesa de su Reinado atrayendo la Paz sobre la humanidad herida, y en especial para nuestra nación, procurando que Dios se acuerde de nosotros con Misericordia (Sl 24).

¿CUÁL ES EL ESPÍRITU DE UNA LÁMPARA? … ARDER Y ALUMBRAR

Israel, para significar la fidelidad a Dios y su oración continua, hace arder perpetuamente una lámpara en el Santuario para sucesivas generaciones (Ex 27, 20-21).

Es nuestro deseo manifestar esta fidelidad,  precisamente en esta Basílica donde Jesús ha querido revelarnos su Amor misericordioso en la sede de su Corazón uniendo la devoción al Santísimo Sacramento como su objeto para que le rindamos culto y no le abandonemos (Revelación 10-Mayo-1733).DIGITAL CAMERA

Se trata de ser esa PRESENCIA que permanezca con Él para su consuelo; como la lámpara que no se apaga (1 Sa 3,3) sino que arde “en obsequio de Jesucristo” (2 Co 10,5) para apagar su sed.

La lámpara permanece bajo la gran Luz de su Rostro transformándose en aquello que contempla; inmolada, se consume como “hostia viva, santa, agradable a Dios” para abrazar su Voluntad en lo concreto de la vida sin abandonar nunca su adoración y culto razonable (Rm 12). Vive eucaristizada.

Es luz, pero no es la Luz, la lámpara cuida de que no haya en ella parte tenebrosa que la impida iluminar con Su resplandor (Lc 11, 33-36), por eso trata de cumplir con suma delicadeza los mandamientos.

Su alumbrar emana del ardor de la llama que es avivada por el Espíritu Santo. Por eso, su ÓLEO está consagrado al de María “que al ser puro y refinado, la hace servir para el alumbrado” (Ex 27, 20-21). Este es, ante todo, su apostolado y evangelización, alumbrando es como la llama de su fe se propaga con fuerza sin dejar extinguir su espíritu (1Ts 5,19).

Si brilla delante de los hombres es para que estos, contemplando sus buenas obras, den gloria al Padre que está en los cielos (Mt 5,16).

La lámpara es abrigo de calor para la soledad y abandono de Jesús; su IMG_6535.JPGaceite, bálsamo que fortifica los miembros de su cuerpo y suaviza las llagas de su  Corazón.

Cada miembro de la Asociación es “una lámpara encendida para el Ungido” en el espíritu de María (Sl 131, 17) que vela por los intereses del Corazón de Jesús, arde y alumbra para su Gloria, alivia sus heridas y abriga su Corazón envolviéndole con su pequeña y humilde, pero apasionada llama.

*Acoge con amor y paciencia las dificultades del camino ofreciéndoselas a Dios.

*Adora y acompaña a Jesús en la Eucaristía con el fin de consolarle y desagraviarle por las ofensas que recibe. Con mayor intensidad se entrega a este oficio sagrado los Primeros Viernes, día especialmente consagrado a la  reparación, y en la Hora Santa la noche de los jueves acompañando su soledad y abandono.

*Perpetua su reparación ofreciendo a Jesús muchos actos de amor durante el día para consuelo suyo y de su Madre, y como súplica por la conversión de los pecadores. Como la salvación de las almas son su Gloria, ofrece su vida para rescate de las suyas.

*Comulga sacramentalmente siempre que puede con verdadero deseo de unirse a Él acudiendo asiduamente al sacramento de la confesión.

*No olvida la lectura orante de la Palabra de Dios  por la que tiene acceso a su historia de Amor, a lo más íntimo de su Corazón.

Por último diremos que la lámpara siempre está dispuesta a dar razónCURACIÓN PARALÍTICO DESCENDIDO POR EL TECHO.-KIRK RICHARDS.-S. XX de su esperanza ( 1 P 3,15) porque se apoya enteramente en la Gracia y Misericordia que brota del trono de Dios y del Cordero (Ap 22,1) con la fe de María.

Si hay algo que nos une a los Caballeros y Damas del Pilar vinculados a esta Basílica, es la fe viva y audaz que tuvieron los camilleros para abrir un boquete. Ellos, unidos como un solo hombre, que dice las Escrituras, acercaron a la Misericordia del Corazón de Jesús al que estaba necesitado (Mc 2, 1-12).  

CONSAGRACIÓN  DE UNA LÁMPARA AL CORAZÓN DE MARÍA

Yo te elijo María en presencia de toda la corte Celestial, como mi Madre, Señora y Reina. Me CONSAGRO a tu Corazón Inmaculado y te entrego el óleo de mi lámpara para que prendido en tu Espíritu de amor y avivado por tu fe, arda en “obsequio de Jesucristo” (2Co 10,5) y alumbre en el candelero a todos los de la casa ( Mt 5,15).Te doy mi cuerpo y mi alma, mis acciones, palabras y oraciones pasadas, presentes y futuras para que dispongas de mí y de cuanto me pertenece según tu Voluntad, para máxima gloria de Dios y por toda la eternidad.

Gloria al Padre que te cubrió con su sombra. Gloria al Hijo engendrado en tu seno virginal. Gloria al Espíritu santo que te hizo su esposa. Amén

CONSAGRACIÓN DE UNA LÁMPARA AL CORAZÓN DE JESÚS

Jesús, mi hermano, mi Señor, mi Rey y Redentor: Vengo ante tu presencia sacramental para  ofrecerme como lo hizo el beato Bernardo F. de Hoyos, primera lámpara ardiente de esta Basílica. Mírame con amor y ábreme la fuente de Gracia y Misericordia que mana de tu Corazón traspasado y acoge mi plegaria con la que me CONSAGRO a tu Sagrado  Corazón para que, arraigado y edificado en ti, sea alabanza de tu gloria y siempre tuyo.Dame un corazón manso y humilde que viva en tu Voluntad con la FE de María como lámpara que arde y alumbra para tu descanso y delicia (Prov 8,31).

Gloria al Padre con quien vives feliz en unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén

(Con aprobaciones eclesiásticas)