Su importancia

1. PROFESIÓN DE FE MARIANA (El Credo mariano que profesamos)
2. LA VERDADERA DEVOCIÓN MARIANA
3. ESPIRITUALIDAD MARIANA
4. DEVOCIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

«Cuenta que un ermitaño no encontrando a Jesús, se fue a una imagen de la Virgen y abriéndole su corazón como un libro abierto le expuso sus problemas y penas, su desolación… María sonriéndole con dulzura tomo su corazón que como libro le ofrecía y haciendo de sus dedos una pluma le escribía: quien busca buen grano lo encuentra en la espiga, quien busca oro fino lo encuentra en la mina, quien busca a Jesús lo encuentra en María» (Relato de Jacinto Verdaguer)

1.PROFESIÓN DE FE MARIANA (promulgada por Pablo VI en el «Año de la fe» el 29 de junio de 1968)

Creemos que María, florida siempre con la gloria de la virginidad, fue la Madre del Verbo Encarnado, nuestro Dios y Salvador Jesucristo, la cual, redimida de un modo eminente en previsión de los méritos de su Hijo, fue preservada inmune de toda mancha de pecado original; y que aventajada con mucho a todas las demás criaturas en los dones de la gracia.

Asociada por un estrecho e indisoluble vínculo a los misterios de la Encarnación y Redención, la bienaventurada Virgen María, la Inmaculada, terminada su vida terrena, fue elevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo, y, hecha semejante a su Hijo que resucitó de entre los muertos, recibió, por anticipado, el destino de todos los justos. santa catalina laboure- 1ª aparición

Creemos que la santísima Madre de Dios, nueva Eva, Madre de la Iglesia, continúa ejerciendo sus oficios maternales en favor de los miembros (místicos) de Cristo, cooperando al nacimiento y al desarrollo de la vida divina en las almas de los redimidos.

2. LA VERDADERA DEVOCIÓN MARIANA

La verdadera devoción a la Virgen no consiste ni en un sentimiento estéril ni en una vana credulidad, sino que procede de la fe aunténtica que nos induce a reconocer la excelencia de la Madre de Dios y nos impulsa a un amor filial hacia nuestra Madre y a la imitación de sus virtudes (LG 67). El Concilio reduce el culto y devoción a la Virgen «a la veneración, al amor, a la invocación e imitación» (LG 66). Estos son los elementos constitutivos de la devoción a María.

3.ESPIRITUALIDAD MARIANA

La espiritualidad mariana es una forma de vivir el desarrollo de la vida de la gracia, a ejemplo de María y bajo su acción materna. Este desarrollo no es otra cosa que la realización del plan salvífico de Dios en las almas: ser conformes a la imagen de su Hijo. En este ejercicio de identificación, la Virgen tiene una presencia y acción singular. Ella fue la realización más perfecta de la vida de Jesús; Ella es el camino para acercarnos a Cristo, que es camino para ir al Padre. Vivir esta realidad de su presencia materna y su acción en el alma es vivir la espiritualidad mariana.

4.LA DEVOCIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

La Devoción al Corazón de Jesús, dicen los Papas, que es la única mandada por Dios, no es una más entre tantas. Tampoco lo es la del Corazón de María, ya que Jesús le dice a la Hna. Lucía, vidente de Fátima, que “la quiere colocar al lado de la de su Divino Corazón”.

En la Encíclica «Hauretis Aquas» de Pio XII se nos dice que “para obtener frutos abundantes del culto al Corazón de Jesús, procuren los fieles unirlo íntimamente con la devoción al Inmaculado Corazón de María”. well-1684415_960_720¿Cuáles son estos frutos? los Tesoros del Padre. Los dones del Espíritu Santo estaban inaccesibles como lo está el agua en un subsuelo. Es necesario abrir un pozo para sacarla; este pozo es el Corazón abierto de Jesús, vivo y palpitante en la Eucaristía; sin embargo, no se puede sacar el agua de un pozo sin valernos de un cubo, pues bien, ese cubo es el Corazón Inmaculado de María. Por eso, el Papa Pío XII propone recurrir al Corazón de Jesús provistos del de María, nuestro cubo es incapaz de contener el Agua sin irla perdiendo por el camino, está  agujereado, no tiene la pureza, ni la perfecta unidad.

Si estimamos el AguaVisión de la Hermana Lucía Viva y queremos beberla en abundancia, necesitamos ser aupados por los brazos de nuestra Madre igual que cuando éramos niños y nuestras madres nos aupaban a la fuente; por nosotros mismos no llegamos hasta el Costado abierto de Jesús, el caño de la Fuente está muy alto en el madero de la Cruz y somos muy limitados. Tenemos que ser sostenidos por María: “Buscamos en la fe de María el propio sostén de la nuestra” (Redemptoris mater 27). wpid-segredo_gran1

En la aparición del 13 de julio los pastorcitos de Fátima tuvieron una visión un tanto apocalíptica: después de decirles que vendría a pedir la Consagración, vieron a un ángel con una espada de fuego que emitía llamas que parecían iban a incendiar el mundo, pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él. La devo00085_2000_2000-1-copiarción a su Corazón Inmaculado apaga las llamas incendiarias apartando los peligros que amenazan nuestra fe. Esta fe es la que quiere destruir Satanás para echarnos a perder, quiere dinamitar “el Pilar” que sostiene “nuestra edificación en Cristo”(Col 2,7). El entonces Cardenal Ratzinger, comentando esta visión afirma “que el hombre mismo ha inventado la espada de fuego, su destrucción y que esta visión advierte de los peligros queriendo movilizar las fuerzas de cambio hacia el bien”.

Fátima no se reduce a un mensaje tenebroso como algunos erróneamente lo ven, se trata de movilizar las fuerzas de cambio hacia el bien, es ante todo un mensaje de luz que  «resplandece en las tinieblas” (Jn 1,5). En esta hora sombría de la historia, llena de confusión, renovemos nuestra adhesión a su Corazón Inmaculado. ¡Conságrate a él como reconocimiento a su Maternidad Espiritual para orientar tus pasos hacia su mensaje de luz!