Peregrinos con el Papa

Por la Asociación de Caballeros y Damas del Pilar de Valladolid

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“PEREGRINOS CON EL PAPA” es una iniciativa que nace del Corazón materno de María, la columna que nos guía, para acompañar al Santo Padre en su camino empapándonos de su Magisterio y sosteniendo a quien camina llevando el peso de la Iglesia sobre sí con la ofrenda de nuestra vida y oración diaria.

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Va dirigido a todos los hijos de la Iglesia: Obispos, sacerdotes, religiosos/as, consagrados/as y laicos en sus distintas realidades eclesiales. Pequeños y mayores. Solo se necesita mucha fe, un amor grande al Papa y a la Iglesia, espíritu de Cuerpo y ganas de luchar.    

  1. Con Moisés entenderemos el sentido de ofrecer las dificultades que nos encontramos en el caminar de la vida POR el Santo Padre.

Contemplemos “la batalla contra Amalec” (Ex 17, 8-16).la foto (19) Los brazos de Moisés se cansan, y mientras tiene las manos alzadas vence el pueblo de Israel, pero cuando las baja, vence el enemigo. Por eso tiene que ser ayudado por Aarón y Jur que cargan con el peso de sus brazos  para que no desfallezca en su empeño. Esa es nuestra misión y el ejercicio de nuestro sacerdocio como bautizados, SOSTENER los brazos de aquel que tiene “el cayado en la mano” (Ex 17,9) y por tanto la responsabilidad de la Iglesia.

“¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo” (Lc 22,31). El Papa es consciente del combate que libramos y está comprometido, como Moisés, en sus batallas. Toda la rabia del infierno contra Dios, la descarga él contra su iglesia, imagen suya, ya que contra Dios reconoce que nada puede. ¡Entremos  pues en la oración que el Corazón de Jesús elevó al Padre por Pedro para que su fe no desfallezca y pueda confirmar a sus hermanos! (Lc 22,32)

Nuestra peregrinación con el Papa implica PERSEVERANCIA, como los que sostienen a Moisés sus brazos, que no lo hacen por un ratito, sino “hasta la puesta del sol”(Ex 17,12). Y va unido a la plegaria, no solo nos introducimos en sus pruebas, en sus cansancios y fatigas, sino también en su oración intensa en favor de la Iglesia.

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El camino para el peregrino conlleva jornadas bajo lluvia, sol intenso y viento, se puede experimentar la sed y el hambre, afloran las heridas en los pies y dolores en el cuerpo, y todos conocen del peso sobre sus espaldas, no siempre llevado en trayectos llanos, sino en subidas y cuestas que acrecientan la fatiga y acusan el cansancio. Todo esto lo vive el Papa… largas jornadas cargando con el peso de la Iglesia sobre sus espaldas afrontando  tormentas, sol justiciero, vientos huracanados que descargan contra él aminorando su paso. Bien ha experimentado esas heridas del cuerpo que su cabeza sostiene, y el hambre y la sed que nace de su sacrificio por nosotros, su Iglesia. Si no eres capaz de sacrificarte por el Papa, es que entonces no le amas lo suficiente.

“Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis pruebas” (Lc 22,28). Este es nuestro deseo más sincero, perseverar con el Vicario de Cristo en la tierra unidos a sus pruebas como perseveraron Aarón y Jur unidos intensamente a Moisés. En ellos dos, también  contemplamos a nuestros sacerdotes y obispos que, bajo el mismo yugo del Papa, unen sus fuerzas en una única fuerza motora para que su Iglesia salga victoriosa en sus embates a lo largo de la historia.

¡Qué importante es hacer extensible nuestro ofrecimiento para rogar por ellos… para que sean uno! (Jn 17) Moisés no puede sostener esta lucha sin la colaboración de los suyos, por eso sube al monte acompañándose de ellos. ¡Cuántas veces somos un cuerpo tullido, donde la cabeza no puede mandar sobre los miembros porque estos no responden!       

El Papa tiene dos clases de hijos cuando manda ir a trabajar a la viña: El que dice que no, pero una vez arrepentido va y el que dice que va y no lo hace. ¿Cual eres tú de estos dos? (Mt 21, 28-32)

¿POR QUÉ ESTA INTENCIÓN VA UNIDA A MARÍA?

Hemos meditado en Moisés, pero ahora pongamos nuestros ojos eVisi_nTuy2-1n Jesús.

La presencia de María en el monte Calvario, como la de Aarón y Jur con Moisés “en la cima del monte” (Ex 17,10), es nuestra clave. Ella, en estrecha colaboración con su Hijo, sostiene sus brazos alzados en la Cruz con la entraña materna del Padre y se une a su sacrificio oracional en favor nuestro. De ahí la necesidad de identificarnos con su Corazón  Materno, que eucaristizado al pie de la Cruz sostiene, eficazmente, Su oficio sagrado de mediador, sacerdote y víctima. Solo podremos sostener los brazos de nuestro Cristo en la tierra desde nuestra Consagración al Corazón Inmaculado de María. Unidos a la “toda pura” es como nuestro ofrecimiento alcanza un valor infinito sin devaluarse con nuestro pecado. “Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar MISERICORDIA y encontrar GRACIA para un auxilio oportuno” (Heb 4,16). Y no lo hagamos sin el Corazón de María.                                        

2. Con David y Pedro nos introducimos en ese caminar CON el Papa.davidgoliath

Contemplemos a David “tomado del pastizal de detrás del rebaño, para que sea caudillo del pueblo de Israel”(2 S 7,8), algo así sucede con nuestro Vicario en la tierra, Dios le escoge, le saca del pastizal para darle un rebaño mayor que apacentar. Cuando David se enfrenta a Goliat tan solo “toma su cayado en la mano y cinco piedras” (1 S 17,40), su victoria fue ir en nombre de Yahvé. Así es como aparece Pedro en los Hechos de los Apóstoles… no tiene plata ni oro, pero lo que tiene lo da: “En nombre de Jesucristo el Nazareno, anda. Y tomándole de la mano derecha, lo levantó; y al instante sus pies y tobillos se consolidaron” (Hch 3,6-9). Así ocurrió también con Tabita ya cadáver, la manda levantar y la ayuda tomándola de la mano (Hch 9, 40-41). 20121103 - 1203 - Canon PowerShot G12 - 34150 - Mondoñedo Catedral-3El Santo Padre es quien consolida nuestros pies y tobillos para que la Iglesia peregrina camine en la fe de la que es Madre. Pues es de su mano, y no de otra, que somos levantados de nuestra postración e impedimento, solo en ellas puso Dios “las llaves del Reino” (Mt 16,19). ¡Acojámonos a su Magisterio! El Papa es el Cristo en la tierra que nos agarra sacándonos de los abismos en que nos hayamos: “Haz venir a Pedro, él te dirá palabras que traerán la salvación a ti y a tu casa” (Hch 11,14). ¡Muchos son los que hoy rechazan sus palabras despreciando la salvación que traen!

“Había empezado yo a hablar, cuando descendió sobre ellos el Espíritu Santo, igual que nos sucedió a nosotros  al principio. Me acordé entonces de aquellas palabras que dijo el Señor: “Juan bautizó con agst_peter_basilica_vatican_01ua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo”(Hch 11, 15-17). ¡Un nuevo Pentecostés puede acontecer en tu vida!

Impresiona el relato donde Mical, al ver al rey David danzando con un efod de lino ante el Arca, le desprecia en su interior. Desde entonces quedaría infecunda, sin más hijos (2 S 6). Esta actitud de desprecio hacia el Santo Padre  sin acoger lo que dice o hace, deja infecundos a muchItaly Vatican Popeos hijos de la Iglesia. A David no le importa humillarse ante el pueblo para danzar ante Dios, esa es la actitud humilde del que ejerce una autoridad sin perder la conciencia de siervo. ¡Quiera Dios concedernos Papas humildes que sepan así ganarse nuestro respeto y admiración como se ganó David el de las criadas!

“Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve” (Lc 22, 27). También Pedro es humilde cuando se deja reprender y corregir por Pablo siendo él la autoridad y referencia de todos (Ga 2, 14). Se da cuenta que no ha actuado conforme a la Verdad. Los Papas son humanos, pertenecen al grupo de los mortales, acompañar su camino supone no dejarles en sus tropiezos, sino intensificar nuestras oraciones y sacrificios para reparar sus faltas procurando su enmienda. 

Haz de tu vida una constante súplica acompasando tus pasos con el rezo del santo rosario y ofreciéndote en lo concreto de cada día para sostener al Santo Padre y velar por su unión con todo el Colegio Apostólico para el bien de la Iglesia, tu Madre.